lunes, 4 de julio de 2011

Bachillerato de Excelencia. Una idea peregrina

Mucho se está discutiendo sobre lo bueno y lo malo de este modelo de bachillerato que propone la Comunidad de Madrid. Se han dado puntos de vista dispares.


Las críticas suelen ir enfocadas a que este bachillerato sería segregador, que el modelo de élites solo beneficia a unos pocos perjudicando a la mayoría, que no es justo que unos pocos, ya de por sí aventajados, reciban de la sociedad aún más ventajas, etc.

La mayoría de esos argumentos son discutible y responden a puntos de vista políticos y esquemas sociales diferentes. Parece sorprendente también, pero hay quien piensa que una sociedad debe estar volcada en favorecer a los mejores con la esperanza de que estos tiren de la sociedad buscando en el bien común y no el beneficio personal.

Sin embargo esta vez presentamos un argumento ajeno a la esfera política, ya que el bachillerato de excelencia ni siquiera favorece a estos alumnos brillantes.


Una opción peligrosa para los alumnos con buenas notas.

Parece sorprendente que se esgrima esta idea, pero después de leer el razonamiento verás las cosas de otra forma.


A este bachillerato asistirán alumnos con buenas notas en la ESO, particularmente notas de 9 o 10. Es previsible que estos alumnos, durante el bachillerato ordinario sigan sacando esta notas. Cursarán el bachillerato con aprovechamiento y también sacarán una buena nota la PAU (selectividad).

Esto es lo que cabe esperar de estos alumnos excelente en un bachillerato ordinario, que al final tengan las mejores notas medias para acceder a la carrera que elijan.

Elegir la vía del Bachillerato de Excelencia supone para estos alumnos exponerse a un bachillerato más exigente, donde se impartirán los mismo contenidos que en el ordinario, junto con otros más avanzados o de mayor dificultad. Esto se traduce en estudiar más tiempo, con mayor concentración y en que seguramente, algunos de ellos consigan menores notas medias (por ejemplo 8 y 7).

Esto que parece tan extraño no lo es tanto. Ante exámenes con más dificultad, notas más bajas.

Esto quiere decir que estos alumnos se exponen a sacar notas medias menores que el bachillerato ordinario, pese a estudiar con más intensidad contenidos de mayor dificultad.


El problema de este bachillerato está en que, para los alumnos, supone un camino más difícil (Excelencia) para llegar al mismo sitio (PAU y universidad).


No se dice aquí que esta dificultad vaya a traducirse en menores notas para todos los alumnos. Es de esperar que este tipo de alumnos reaccione ante la dificultad estudiando más. Pero aun así algunos se quedarán en el 8 y el 7, incluso puede haber quien suspenda. O ¿realmente pensamos que en una clase todos los alumnos van a sacar 10 puntos en todos los exámenes?

Esto seguro que ya lo tienen resuelto


Las posibles soluciones a esta situación generan a más controversia que el propio bachillerato de excelencia.

  • Como solución inmediata se puede proponer que los contenidos de este bachillerato sean idénticos a los del otro bachillerato, lo cual dejaría el termino excelencia en entre dicho.

  • Se puede proponer que los alumnos que cursen este bachillerato tengan una aumento en la nota media de cara a la PAU de, por ejemplo 2 puntos, o que califiquen sobre 12 puntos en lugar de sobre 10, etc. Pero esto sería terriblemente injusto para sus compañeros que cursan el bachillerato ordinario y sobre todo para aquellos que, teniendo muy buenas notas en la ESO, no hayan podido cursar el Bachillerato de Excelencia por razones de lejanía al centro (no se va a implantar en todos sino solo en algunos) o de disponibilidad de plazas. Además significaría que, a los alumnos mejor preparados, el sistema le regala los puntos. De nuevo la excelencia quedaría en entre dicho.


Alguien puede pensar que esto que aquí se plantea no puede ser verdad, y que los políticos ya tendrán prevista alguna solución. Podemos pensar que Esperanza Aguirre es una gran política y que no puede caer en un error tan burdo. Pues precisamente por eso, porque esta medida viene de la esfera política nos encontramos con estas paradojas.

Los políticos solo buscan el eslogan, la frase acertad para salir en prensa. En la implementación de ese eslogan en la realidad es cuando nos damos cuentas de los simplona y peregrina que era la idea original.

En este caso la cosa está más clara, pues se trataba de una idea para ganar votos en plena campaña electoral.

El beneficio es para los profesores

Podría decirse que esta idea está apoyada por varios Catedráticos y profesores de instituto. Pero también es verdad que la mayoría de ellos aspira a dar clase en este Bachillerato de Excelencia.
Este es el sueño de cualquier profesor: dar clase a un grupo de alumnos elegidos de entre los mejores. Alumnos que casi aprenden solos, que asimilan los conocimientos casi según se los vamos contando. Y encima los profesores de estos alumnos van a cobrar un plus.

¡Un plus por dar clases a los alumnos más fáciles de enseñar! 

Lo difícil para un profesor de matemáticas no es enseñar a hacer integrales a los alumnos de bachillerato (que ya conocen el álgebra, el análisis de cursos anteriores) sino enseñar ecuaciones y fracciones a los alumnos de primero de la ESO, donde no todos entienden los que les explicas, donde el salto entre lo que saben y lo que tienen que aprender es mayor y donde no todos los alumnos están motivados para el estudio. Dar clase en bachillerato es un chollo para cualquier profesor y si encima te eligen a los mejores alumnos y te pagan más, ¿no apoyaría usted esta medida si fuera uno de estos profesores?

Otros sistemas educativos

Se argumenta también que en otros países como Alemania existen también estudios diferenciados según los niveles de los alumnos, pero en realidad esto se parece al bachillerato de excelencia como un huevo a una castaña. En Alemania, esta diferenciación lleva a destinos diferentes. A unos se les prepara para la universidad, a otros para la formación profesional y al grupo bajo, bueno, pues para trabajar. En el caso del bachillerato de excelencia de Madrid, lleva al mismo sitio (la universidad) por un camino más difícil (la excelencia)

Modelos social injusto

Podríamos haber argumentado que este bachillerato crea un modelo educativo y un modelo social en el que muchos aportan para que solo unos pocos (élites) obtengan todo el beneficio. Que esto va a crear institutos de primera y de segunda (la mayoría), etc. Pero este tipo de argumentos llenan la prensa e incluso usted pueda pensar que este tipo de modelos sociales son mejores.

El gran problema de esta media es que ni siquiera cumple el objetivo de beneficiar al alumno que lo curso, tampoco va a mejorar los resultados de los demás alumnos, y en especial no ayuda en nada a combatir el fracaso y el abandono escolar.

Medida innecesaria

En realidad el bachillerato actual no tiene ninguno de estos problemas. Es un ciclo voluntario. Sí que existe un número grande de alumnos que se meten a bachillerato sin tener las bases necesarias. Algunas procedentes del programa de Diversificación, otros que han conseguido el graduado raspando con aprobados casi regalados, etc A todos estos alumnos se les recomienda que no estudien bachillerato, pero como no se pide nota de acceso (cosa que sí se hace con los ciclos formativos de grado medio), escogen bachillerato. La mayoría para abandonarlo antes de que finalice el primer curso, ante la dificultad que supone.

Estos estudiantes de suficiente "justito" suelen elegir el bachillerato de humanidades, dejando el de ciencias para aquellos con mejores resultados en la ESO. Es decir, que a efectos prácticos ya existía un bachillerato para "buenos" estudiantes. El problema sigue estando en el bachillerato de humanidades, pero la solución pasa por crear más plazas de ciclos formativos de grado medio, donde los alumnos baja nota, bajo aprovechamiento o simplemente, los que quieran un perfil profesional aunque tenga buena nota (que los hay) puedan tener una salida. Pero claro, la FP es muy cara. Tenga en cuanta que en una clase de bachillerato hay 30 alumnos y un profesor, una tiza y una pizarra. Mientras que un taller de FP alberga a 15 alumnos, un profesor, materiales para el taller, herramientas, madera chapa, tornillos, harina, ordenadores, etc.... y encima no luce tanto de cara a las elecciones. Es decir, la FP, cuesta más dinero y tiene menos rendimiento político.

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