viernes, 8 de julio de 2011

La comunidad de Madrid humilla a los profesores a costa de las arcas públicas

El día 1 de julio se consumó la tropelía. Cientos, casi miles, de profesores interinos son despedidos después de haber prestado sus servicios durante todo el curso escolar.

Antes de que el lector se regocije en la desgracia de estos profesionales diciendo  que así ahorramos dinero público, piense que estas personas van a cobrará del INEM (paro) en lugar de hacerlo de la consejería de educación. Es decir, se va a gastar dinero del estado en lugar de dinero de la Comunidad de Madrid. Además de que estos profesores sí que cobrarán, como cualquier trabajador despedido, sus vacaciones y paga extra (a través de su liquidación).

Por eso no debe juzgarse esta medida en términos económicos (salvo que seas la Consejería de Educación que te ahorras un par de meses de sueldos), porque el ciudadano va a pagar lo mismo.

Es una cuestión de respeto y consideración (el mismo respeto que se pretende que la sociedad tenga a los profesores y que luego la administración es la primera en pisotear).

No estamos hablando de profesores que han realizado sustituciones durante pocos días. Se trata de profesores que llevan desde septiembre haciendo suplencias, trabajando incluso todo el curso en el mismo centro (pero sin la categoría de vacante).

Existía un acuerdo entre profesores, sindicatos y consejería por el cual un profesor que trabajase más de 5 meses y medio (mucho más de medio curso) tenía derecho a seguir en nómina durante el verano.

Esto no es baladí. En septiembre hay exámenes en los institutos y esto profesores ahora despedidos no podrán realizarlos. Sus alumnos quedan entonces evaluados por alguien que no los conoce, que no les ha dado clases durante el curso. Es un gran perjuicio para estos alumnos. Muchos casos serán evaluados por compañeros de departamento, pero hay casos de departamentos unipersonales en institutos pequeños y en asignaturas de pocas horas (plástica, música, etc) donde no habrá quien haga su trabajo.

Esta medida resulta insultante, pese a que la Consejería se enorgullezca de su ley de Autoridad del Profesor (buena medida en caso de ir a juicio con padres o alumnos). Equipara a un profesional cualificado con un trabajo eventual. Da sensación de poca importancia al trabajo de estas personas y sobre todo crea una sensación de inestabilidad en una profesión tan personal y vocacional como esta.

Encima ni siquiera ahorra dinero (que supongo que es la razón última del atropello).

Es un paso más en la demonización y desprestigio del profesor que se está llevando a cabo en la Consejería y en España en general.

Se trata de buscar un chivo expiatorio de los males de la educación para que nadie se fije en que cuanto más se meten los políticos en educación peor van las cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario